Carreras del futuro

Venía por la vía expresa hace poco y vi un cartel enorme de la Universidad San Martín de Porres, promocionando «carreras con futuro», y apuntando al sitio web www.carrerasconfuturo.com. Me dio demasiada curiosidad entrar a ver qué les estaban vendiendo a los jóvenes que hoy egresan de la secundaria y postulan a la universidad como «carreras con futuro», así que tuve que entrar a verlo más en detalle. La educación, especialmente la educación superior, y especialmente la educación superior para el futuro son temas que tengo bastante cercanos, así que tenía que ver si había algo interesante.

Y, sí. El sitio está muy bien diseñado, de hecho me da curiosidad saber quién hizo el diseño. Pero mi primera sorpresa fue que, oh coincidencia, TODAS las carreras la USMP eran estas tales «carreras con futuro». Es decir, que la USMP sigue vendiendo como carreras del futuro opciones como Derecho, Medicina o Ingeniería, las mismas carreras tradicionales que todo el mundo ha recomendado los últimos 100 años y que, por lo mismo, son sectores del mercado que se encuentran saturados. Aún cuando eso no quiere decir de ninguna manera que todo aquel que estudie carreras tradicionales tendrá problemas para encontrar trabajo, sí quiere decir que para una considerable cantidad esto será cierto. Y quizás es algo que no tengan en consideración al escoger la carrera.

Aquí hay dos planos de análisis distintos y relevantes. En primer lugar, que en el presente la oferta educativa no está alineada con el mercado. Generamos muchos profesionales, que por buenos que sean, no necesariamente salen preparados para el «mundo real». El segundo plano me llama más la atención: que no preparamos realmente profesionales para el futuro, porque claro, nunca nos hemos dedicado realmente a pensar en qué queremos del futuro ni qué profesionales podríamos requerir entonces.

La USMP nos brinda un excelente ejemplo de que somos estructuralmente incapaces de imaginar el futuro de una manera que no sea una versión radical del presente. Para ellos, el 2020 se ve así:

El New York Times señala que las conexiones inalámbricas harán que no existan barreras entre el trabajo y la vida personal, esto impedirá el exceso de trabajo y se consolidará un nuevo formato de día laboral, los empleados trabajarán durante varias horas y las combinarán con sus actividades personales.

Que es más o menos el equivalente laboral de los autos del futuro que prometía Mecánica Popular en los años 50. Por un lado, describen muchas cosas que estamos presenciando hoy, y para las que no estamos preparados, pero que no son una cuestión «futurista». Por otro lado, no tienen en consideración que el futuro, muy probablemente, será radicalmente diferente de lo que somos capaces de concebir hoy día, y por razones probablemente muy diferentes de las que podríamos pensar. Clay Shirky tiene un muy buen ejemplo para ilustrar esto:

Hay una escena maravillosa en la película de 1968, 2001 (para cuando supuestamente todos debíamos estar viajando al espacio) donde azafatas espaciales en minifaldas rosadas dan la bienvenida al pasajero que llega. Esta es la visión perfecta, empaquetada para los medios, del futuro – la tecnología cambia, la basta se mantiene igual, y la vida sigue como es hoy, excepto que más rápida, más alta, y más brillante. En contraste, la píldora anticonceptiva, como el transistor, parecían ofrecer tan sólo mejores incrementales sobre los métodos existentes. Pero al hacer del control de la fertilidad y una decisión unilateral y, crucialmente, femenina, que no tenía que ser negociada caso por caso, la píldora ha transformado a la sociedad de maneras mucho más importantes que cualquier cosa conseguida por la NASA. [Here Comes Everybody, traducción mía.]

Un poco de lo mismo es lo que encontramos en la descripción del 2020 que hace la USMP. Claro, conexiones inalámbricas, transformarán todo lo que conocemos sobre el trabajo. Pero el trabajo seguirá siendo esencialmente trabajo, produciendo esencialmente lo mismo, bajo el mismo modelo económico, con los mismos objetivos, y demás. Si el incremento de la combinación profesional-personal que describen terminara en que las familias se descomponen y la gente es crecientemente miserable, llevando a la gran revuelta tecnoproletaria del 2017 y a la consiguiente instauración del régimen ludita, sería algo imposible de predecir, e incluso de concebir, desde esta descripción alegre y peregrina de lo que vendrá.

Ahora, lo realmente perturbador. Las carreras que necesitaremos en el futuro, o desde el otro punto de vista, los trabajos para los cuales necesitaremos formar gente en el futuro, no existen hoy día. Muchos de los trabajos que existen hoy no existían hace 5 años, y no existen descripciones claramente definidas para lo que hacen o el perfil que requieren. Además de que cambian lo suficientemente rápido como para que prácticamente ningún cuerpo de conocimiento pueda mantenerse suficientemente al día: la realidad que uno estudia al empezar una carrera resulta ser significativamente diferente 5 años después, cuando termina. En ese contexto, es realmente irrelevante que mi carrera tenga futuro hoy, pues es bastante probable que cuando termine de estudiarla, o haya dejado de tenerlo, o sea algo para lo que no estoy formalmente preparado, o haya futuros más interesantes en otras áreas. Entonces, cuando un egresado de secundaria hoy lee esto sobre un supuesto 2020:

Puesto que las empresas tendrán que adoptar las innovaciones tecnológicas, prevalecerá el aprendizaje constante y la acción organizativa. Los mandos medios desaparecerán y los trabajadores serán temporales, en este entorno la lealtad estará dirigida al compromiso con el proyecto. Para el portal Strategy-Business, la clave del éxito de las empresas del futuro estará en fusionar la fuerza de trabajo y la tecnología de la información moderna.

¿Qué le estamos dando realmente? Aparte de una visión ingenua del futuro y una desinformada del presente. Según esto, algo así como los cyborgs serán la fuerza laboral del futuro. Entonces mejor ni nos molestemos en estudiar, y dediquémonos a perfeccionar nuestros implantes electrónicos para nuestros trabajos temporales comprometidos con el proyecto, sea lo que sea que eso signifique. Ah, sí. Se llama freelance, vía web. Eso es taaaaan 1998.

Entonces, quizás en este punto no importe tanto, realmente, qué profesión escoja uno. En realidad, en un momento en el cual las fronteras entre disciplinas se vuelven tenues y se reconfiguran las profesiones, quizás lo más inteligente sea optar por la posibilidad menos encasillante, aquella que le permita a uno cómodamente saltar entre diferentes áreas de acción con relativa comodidad. Aquello que, justamente, nuestro sistema educativo no está realmente preparado para preparar.

Lo cual hace tanto más urgente que no pensemos tanto en carreras CON futuro, como en carreras DEL futuro, y lo que esto signifique viene de la mano con el contenido que queramos, desde nuestra perspectiva limitada, darle al futuro. Partiendo, por supuesto, de reconocer que no hay manera de que sepamos bien qué significará esto en unos años, y que tenemos que prepararnos para condiciones cada vez mayores de incertidumbre. Lo cual no quiere decir que no seamos capaces de mapear hoy las tendencias que probablemente se conviertan en los problemas en un futuro cercano. Más que ofrecerles a los egresados de secundaria promesas vacías de certidumbre sobre futuros ilusorios, sería bueno que seamos sinceros con ellos y les digamos que no tenemos mayor idea de lo que estamos pasando, y que ellos tampoco la tendrán, y que tenemos, más bien, que aprender a arreglárnoslas para vivir y ser felices renunciando a la pretensión de entender bien dónde va cada cosa.

2 comentarios sobre “Carreras del futuro

  1. Hola:
    Leí detenidamente tu post.
    Me pareció muy interesante el análisis que le haces al uso del término CON futuro y no DEL futuro, de la visión limitada que tenemos del futuro y de lo que ofrece la USMP como producto educativo. Y en ese sentido, considero que habría que reflexionar también lo que ofrece una universidad como propuesta académica (sus productos de pregrado y postgrado), su proyección social (la cultura, la comunidad), y todo lo referido a sus productos de imagen (publicidad y mkt).
    Si bien carrerasconfuturo.com busca una proyección social dirigida a los jóvenes en etapa de orientación vocacional, es evidente que también se trata de un producto de mkt con influencia web 2.0, que se basa en su alta calidad de diseño y una voluntad de acercamiento con su público objetivo, una intención de generar comunidad.
    No sería mala la idea de que exista un portal que ofrezca las verdaderas carreras que de acá a dos décadas marquen las tendencias de éxito. Habría que llamar a una pitoniza o a la brujita jossie diezcanseco. Y en caso de que exista alguna inciativa universitaria, toda institución de ese rubro intentará acercar sus intereses de venta con esa intención social para los jóvenes.
    La información referida a la visión laboral en el 2020 no sólo refleja el pensar de una universidad, por algo la sección se llama NOTICIAS y no PENSAR USMP. Entonces, atribuir una información que se brinda como noticia y darlo por un discurso institucional, también es un tanto exagerado. Aún así, es evidente que la noticia se remite directamente a las fuentes consultadas, que mantienen un nivel de seriedad frente a la ola contrainformativa que se genera en internet. Pero estoy de acuerdo con usted de que es la visión ficcionada, proyectada, casi alucinada.
    Este problema de visión parte por quién hace la proyección. Una visión de futuro de un joven de quince o dieciseis años no es la misma visión que la de un joven de 32, o la de uno de 45. Y los mandos universitarios, por más accesibles a la evolución tecnológica que se encuentren, no tendrán la misma visión de futuro que la de los chicos. Entonces ahí también encontramos un vacío generacional. ¿Cómo enfocarlo mejor?

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