Pautear

Un ejemplo que me parece ilustrativo a partir de algo que me explicaron hace poco, cómo funciona el pauteo al producir un clip audiovisual. Remezclado aquí, como pasa últimamente, con ideas de Clay Shirky.

Filtra, luego publica

El pauteo es la manera como, digamos, se enseña a registrar y editar material audiovisual profesionalmente. Creo. Al menos esto es lo que he entendido: grabas tu material en video – el cual, además, no grabas a la loca, sino que planificas y desarrollas según un programa, normalmente – y, antes de digitalizarlo para poder editarlo, haces el pauteo. Es decir, como el soporte MiniDV captura en tiempo real, 1:1, para no tener que esperar horas mientras el material es capturado primero haces un pauteo, un listado de los códigos de tiempo y el contenido que hay en esos segmentos. Luego, escoges lo que quieres utilizar y solamente digitalizas esos segmentos, para ahorrar tiempo.

Hay una serie de variables económicas centrales a esta práctica. Lo primero es que los recursos son escasos: normalmente estos equipos son costosos de conseguir, por lo tanto uno debe optimizar al máximo tanto el tiempo que invierte en la producción, como en la edición, de modo que mientras menos tiempo demore uno digitalizando material y además, menos material tenga para escoger al editar, tanto mejor, pues los costos de producción serán menores. Al mismo tiempo, está en consideración el tiempo de las personas que hacen esto: al dedicarse profesional, exclusivamente a este trabajo, deben también hacer el uso más eficiente de su tiempo en la captura y la edición. De allí que existan por los menos tres instancias de filtros antes de la versión final: la planificación de la grabación, el pauteo, y finalmente la edición (que seguramente a su vez será revisada). Así es como, según entiendo, funciona la producción audiovisual tradicional.

Publica, luego filtra

Yo no tengo ningún tipo de formación profesional ni técnica de este tipo. Pero grabo una que otra cosa y disfruto mucho editando clips. Pero mi procedimiento, en consecuencia, es totalmente diferente. Primero que nada, no tengo ninguna planificación de lo que grabo, a lo sumo una idea u objetivo general, y a partir de eso voy capturando cosas que me parecen interesantes. Segundo, no hago ningún tipo de pauteo – simplemente subo a la computadora todo el material que he capturado, y luego voy viendo qué vale o no la pena desde el programa de edición. La digitalización también es en tiempo real, pero simplemente puedo dejar ese proceso en el fondo mientras me dedico a leer o a buscar otra cosa en la computadora. Luego, cuando tengo tiempo, me dedico a revisar y editar.

Lo primero que salta a la vista son, de nuevo, las transformaciones en los costos de transacción. Mis equipos no son nada caros comparados con los equipos profesionales – cámaras amateur, computadoras personales – y no tengo costos mucho mayores por usarlos demasiado. De modo que no tengo, en la práctica, ningún apuro para optimizar el contenido antes de llevarlo a editar. Además, el hecho mismo de que ésta no es la única actividad que realizo significa que puedo dedicarme a otras cosas al mismo tiempo, sin tener que dedicar todos mis esfuerzos o energías a esta «producción», y de allí que pueda dejarla como trabajo de fondo mientras veo otras cosas. Esto me parece importante en la medida en que refleja cómo en el nuevo panorama mediático cumplimos muchos roles al mismo tiempo, por ratos consumiendo, produciendo, criticando, y demás.

Refleja, además, la manera en la cual el proceso se lleva a cabo cuando se desprofesionaliza, en la misma línea de la explicación de Shirky de las profesiones en función a los costos de transacción y las necesidades sociales a las que responden. Cuando nuestros costos de transacción bajan, se vuelve menos necesario ejercer tantos niveles de filtrado antes de publicar – pero, en cambio, se transfiere esa misma necesidad de filtrado a los consumidores que se ven obligados a adoptar una posición más crítica frente a los contenidos que consumen. Lo cual, claro, genera toda una serie de nuevas necesidades sociales.

No, no estoy tratando de decir que por esto, la profesión audiovisual desaparecerá, o que el pauteo no tiene sentido. Tiene mucho sentido, cuando esos son tus parámetros y esos tus objetivos, y en una buena cantidad de casos, lo siguen siendo. Pero sí se refleja en este paralelo la manera como la ampliación de la base tecnológica abre la posibilidad a nuevos contenidos y nuevos procesos de producción que no se vean limitados por las mismas barreras económicas. Tendrán las suyas propias, por supuesto, y responderán a sus propias necesidades.

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